5 mitos sobre los detectives privados
12 de Febrero de 2024

Sin control
Uno de los mitos más extendidos sobre los detectives privados en Bilbao es que es un sector que no está regulado. Todo lo contrario. De hecho, la Ley 23/1992 del 30 de julio de 1992 regula este tipo de actividad profesional. Además, existen un registro en el que aparecen todos y cada uno de los investigadores que ejercen en España y de sus actividades, aunque en ningún caso aparecerán los nombres de sus clientes.

No se necesita un título
Otra falsa creencia muy extendida en nuestro país es la que dice que cualquier persona podrá ejercer de detective privado. Es totalmente falso, ya que para ser un profesional del sector deberás cumplir una serie de condiciones como superar pruebas físicas y psíquicas, no tener antecedentes, no ser funcionario y obtener la titulación correspondiente. La certificación de investigador está regulada por el Ministerio de Educación y se imparte en 17 universidades españolas.

Al margen de la ley
Esa imagen de que los profesionales de la investigación, como lo que trabajan en Detectives Bilbao, se encuentran al margen de la ley es causa y efecto de la televisión y el cine. Todo lo contrario. Un detective deberá conocer cuáles son los límites legales en cada investigación. Si los sobrepasara, sería él el que estuviera cometiendo una falta administrativa o un acto delictivo. 

Se callan muchos delitos que ven
Los detectives privados en Bilbao, como el resto de ciudadanos de España, están obligados a avisar a las autoridades en caso de presenciar un delito. Es más, los investigadores privados tienen la responsabilidad de avisar a la policía en caso de descubrir algún crimen en alguna de sus vigilancias, pudiendo ayudar en temas diversos y poniendo toda la información recabada a disposición de la justicia.

Vigilantes sentimentales
Aunque cueste creerlo, los detectives apenas trabajan en asuntos sentimentales. Sí es cierto que pueden ser contratados para estos casos, pero son minoría. Actualmente la mayor parte de las contrataciones de investigadores privados tienen el ámbito laboral y empresarial como epicentro. Los casos que más abundan son las bajas fraudulentas, el acoso laboral y la competencia desleal.

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