Los detectives privados en Bilbao conocen muy bien el funcionamiento de un polígrafo. Este dispositivo, aunque no sirve como prueba en un juicio, sí que puede resultar muy útil para los investigadores. Parte de la idea de que las emociones de una persona tienen reflejo en sus respuestas fisiológicas, como, por ejemplo, el ritmo cardíaco o la sudoración.

Su funcionamiento es relativamente sencillo y se basa en la formulación de preguntas, como saben los detectives privados en Bilbao. Normalmente, se utilizan dos tipos de pruebas. En la CQT (control question test) se formulan 3 clases de cuestiones (relevantes, irrelevantes y de control). Por otro lado, en la GKT (guilty knowledge test) se lanzan preguntas con respuestas múltiples.

El polígrafo presenta ciertos límites. En primer lugar, puede aportar pistas, pero estas no suponen una prueba como tal. Además, no siempre las respuestas fisiológicas de un individuo responden a la mentira, ya que pueden deberse también al miedo. Por último, se puede engañar al polígrafo con contramedidas que alteren esas respuestas fisiológicas.

Esto hace que el polígrafo no sea eficaz al cien por cien. Sin embargo, podemos utilizarlo en determinadas circunstancias para indagar cuando no hay muchos puntos por los que avanzar en una investigación y se tiene la sospecha de que una persona puede saber más de lo que cuenta.

Has de saber que algunos expertos en la materia consideran que la prueba del polígrafo arroja más fiabilidad que otras técnicas forenses que sí se admiten como prueba. Sin lugar a dudas, este hecho aumenta la controversia sobre este dispositivo.

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